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 El día después de Trafalgar visto por Antonio Alcalá Galiano  hijo del Brigadier Dionisio Alcalá Galiano muerto en Trafalgar al mando del buque Bahama Episodio de Trafalgar (1862). Francisco Sans Cabot . Museo del Prado “Entre la isla de León y Cádiz, al bajar, según costumbre, a la playa se descubrían las olas altísimas rompiendo en la orilla y mar adentro, negras y amenazadoras las nubes y cubierto el suelo de destrozadas reliquias de buques arrojadas a tierra por el empuje de las aguas y del viento, de modo que a cada paso embarazaban el tránsito del carruaje trozo9s de jarcia, de arboladuras de cascos, todo hecho trozos por las balas y de trecho en trecho algunos cadáveres en el estado doblemente horroroso que da llevar días muerto, serlo por las balas y haber pasado en el agua largas horas. Mi madre cerraba los ojos y gemía, figurándose a cada instante que iba a ver ante sí el desfigurado cuerpo de su marido, como sin tener ya duda de que había perdido la vida, en lo cua...
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  La torre de la catedral, poema romántico de piedra, delicado himno, de dulces líneas de belleza muda y perenne, era obra del siglo diez y seis, aunque antes comenzada, de estilo gótico, pero, cabe decir, moderado por un instinto de prudencia y armonía que modificaba las vulgares exageraciones de esta arquitectura. La vista no se fatigaba contemplando horas y horas aquel índice de piedra que señalaba al cielo; no era una de esas torres cuya aguja se quiebra de sutil, más flacas que esbeltas, amaneradas, como señoritas cursis que aprietan demasiado el corsé; era maciza sin perder nada de su espiritual grandeza, y hasta sus segundos corredores, elegante balaustrada, subía como fuerte castillo, lanzándose desde allí en pirámide de ángulo gracioso, inimitable en sus medidas y proporciones. Como haz de músculos y nervios la piedra enroscándose en la piedra trepaba a la altura, haciendo equilibrios de acróbata en el aire; y como prodigio de juegos malabares, en una punta de caliza se ma...
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  DE   LA   VIDA   DEL   CAPITÁN   DOMINGO   DE   TORAL   Y   VALDÉS, ESCRITA   POR   EL   MISMO   CAPITÁN. El   año   de   1598   nací   en   el   concejo   de   Villaviciosa ,   en   la   colación de   Arguex;   fué   mi   padre   Juan   de   Toral   y   Valdés;   mi   madre María   de   Costales,   entrambos   hijosdalgo;   del   parto   de un hermano   menor   murió   mi   madre   y   quedó   mi   padre   con   tres   hijos, dos   varones   y   una   hembra;   para   el   remedio   de   este   cuidado   y   de la   pobreza   (que   obrando   con   extremos   opuestos   ó   anima   ó   des-atienta), se ...
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ORDEN DE CREACIÓN PRIMER TERCIO DE ASTURIAS 3 FEBRERO 1663 Mosquetero español mediados siglo XVII Diputaçión tocante a los 500 soldados, para el año de 1663. En la çiudad de Oviedo, a tres días del mes de febrero de mill y seisçientos y sesenta y tres años, a cosa de las tres de la tarde, aviéndose juntado en la forma que lo tienen de costumbre, en las casas de morada del señor licenciado don Pedro de Gamarra y Urquicu, del Consejo de Su Magestad, su oidor en la Real Chançillería de Balladolid, governador y capitán general desta çiudad y Prinçipado, y con su merçed los señores don Gutierre de Hevia y Miranda, don Sevastián Bernardo y Quirós y don Lope de Miranda, marqués de Baldecarçana, diputados deste Prinzipado, y don Sevastián de Bigil Bernardo, su procurador general dél. Y, estando ansí juntos en su Diputaçión, el señor governador propuso a los dichos señores y dio quenta en cómo avía resçivido un correo a toda diligençia el miércoles pasado que se contaron treinta y uno del me...

España vista por Galdós

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  museo del prado. goya “Hay pueblos que se transforman en sosiego, charlando y discutiendo con algaradas sangrientas de tres, cuatro o cinco años, pero más bien turbados por las lenguas que por las espadas. El nuestro ha de seguir su camino con saltos y caídas, tumultos y atropellos. Nuestro mapa no es una carta geográfica sino el plano estratégico de una batalla sin fin. Nuestro pueblo no es pueblo sino un ejército. Nuestro gobierno no gobierna: se defiende. Nuestros partidos no son partidos mientras no tienen generales. Nuestros montes son trincheras, por lo cual están sabiamente desprovistos de árboles. Nuestros campos no se cultivan, para que pueda correr por ellos la artillería. Nuestro comercio tiene una timidez secular originada por la idea fija de que mañana habrá jaleo. Lo que llamamos paz es entre nosotros como la frialdad en física, un estado negativo, la ausencia de calor, la tregua de la guerra. La paz es aquí un prepararse para la lucha, y un ponerse vendas y limpiar...

La pena de muerte vista por Galdós

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  “Lo más cruel y repugnante que existe después de la pena de muerte es el ceremonial que la precede y la lúgubre antesala del cadalso con sus cuarenta y ocho mortales horas de capilla. Casi es más horrendo que la horca misma aquella larga espera y agonía entre la vida y la muerte, durante la cual la víctima es expuesta a la compasión pública como son expuestos a la pública curiosidad los animales raros. La ley, que hasta entonces se ha mostrado severa, muéstrase ahora ferozmente burlona, permitiéndole la compañía de parientes y amigos y dándole de comer a qué quieres boca. Algún condenado de clase humilde prueba en esos dos días platos y delicadas confituras, cuyo sabor no conocía. Señores, sacerdotes y altos personajes le dan la mano, le dirigen vulgares palabrillas de consuelo, y todos se empeñan en hacerle creer que es el hombre más feliz de la creación, que no debe envidiar a los que incurren en la tontería de seguir viviendo, y que estar en capilla con el implacable verdugo a...
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Discurso de Abraham Lincoln en Gettysburg 19 noviembre de 1863 “Hace ochenta y siete años, nuestros padres hicieron nacer en este continente una nueva nación concebida en la libertad y consagrada en el principio de que todas las personas son creadas iguales. Ahora estamos empeñados en una gran guerra civil que pone a prueba si esta nación, o cualquier nación así concebida y así consagrada, puede perdurar en el tiempo. Estamos reunidos en un gran campo de batalla de esa guerra. Hemos venido a consagrar una porción de ese campo como lugar de último descanso para aquellos que dieron aquí sus vidas para que esta nación pudiera vivir. Es absolutamente correcto y apropiado que hagamos tal cosa. Pero, en un sentido más amplio, nosotros no podemos dedicar, no podemos consagrar, no podemos santificar este terreno. Los valientes hombres, vivos y muertos, que lucharon aquí ya lo han consagrado, muy por encima de lo que nuestras pobres facultades podrían añadir o restar. El mundo apena...